Aragoneses y aragonesas:

Celebramos este Día de Aragón en un escenario de incertidumbres, preocupaciones y desafíos de difícil comparación en nuestra historia reciente.

La aritmética resultante de las últimas citas electorales dificulta la formación de gobiernos estables y firmes para diseñar políticas y estrategias que garanticen el crecimiento del empleo y la actividad, el mantenimiento de los estándares de calidad de nuestros servicios esenciales en un horizonte de medio y largo plazo, y la convivencia solidaria y en condiciones de igualdad del mundo rural y las grandes ciudades y de las autonomías, donde el riesgo de ruptura es ya patente.

La persistencia de la corrupción y las malas prácticas están minando la confianza de la sociedad y la credibilidad de las instituciones.
Las guerras y el terrorismo yihadista requieren firmes resoluciones de la comunidad internacional y de los estados y decisiones rápidas y adecuadas a derecho que pongan fin a la tragedia y el drama humano.

El desafío es enorme en conjunto y cabe preguntarse ¿Y Aragón, qué?

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