Nos mueve Aragón. Esta tierra, sus gentes y sus intereses son la palanca que impulsa el día a día del Partido Aragonés. La que da sentido a nuestra existencia y la que protagoniza todas nuestras políticas.
Cada año, en torno a San Jorge, renovamos nuestras fuerzas y nos felicitamos con el pueblo aragonés por sus éxitos sin olvidar sus anhelos pendientes. Este año hay algún logro que celebrar, ya que parcialmente los bienes aunque parcialmente y tras muchos años de batallas políticas y legales han vuelto al Monasterio de Santa María de Sijena de donde nunca debieron salir. Es una parte de la tarea porque aún nos queda mucho que caminar en materia de patrimonio hasta poder ver en nuestras parroquias y cenobios todos los bienes que por una u otras causas fueron expoliados injustamente.
Reivindicamos nuestro derecho foral no solo como una peculiaridad del pasado, sino como parte de un presente que nos permite hacer un Aragón más justo. De este modo hemos encontrado en nuestro propio ordenamiento la figura de la fiducia aragonesa que nos insta a evitar tener que liquidar anticipadamente un ya de por sí injusto impuesto de Sucesiones, antes de haber recibido realmente la herencia. Su avance en forma de proposición de ley impulsada por el PAR –cuya toma en consideración salió adelante en las Cortes- es también otro motivo de alegría en este San Jorge de 2018, que nos consolida en la convicción de seguir defendiendo nuestro derecho civil aragonés y sus instituciones.
Pero San Jorge es además una fecha de reafirmación y reivindicación de lo que entendemos justo para Aragón y los aragoneses. En esta sociedad globalizada en la que se busca uniformizar a los pueblos en lugar de la verdadera igualdad, exigimos el respeto a nuestras señas de identidad y entre ellas nuestras modalidades lingüísticas. Su armonización forzosa es una forma de mutilar a los aragoneses que aún las hablan y disfrutan y que tienen el derecho y el deber de preservarlas y transmitirlas a las generaciones futuras.
Los recursos que tenemos, en especial el agua, han de servir para hacer de nuestra Comunidad una tierra de oportunidades. De asentamiento de la población y de vida. Cualquier trasvase truncaría esas expectativas, y es por ello que defendemos y defenderemos el cumplimiento estricto del Estatuto de Autonomía y la reserva hídrica que figura en el mismo. Ello y la finalización de las obras del Pacto del Agua son la garantía del futuro desarrollo de Aragón que, junto a una mejora del resto de las infraestructuras tanto viarias como ferroviarias incluyendo la Travesía Central del Pirineo, son la salvaguardia del futuro de las presentes y nuevas generaciones de aragoneses. Es preciso dotar a nuestra Comunidad Autónoma de los cauces necesarios para obtener una financiación estable y justa que nos permita desarrollarnos al mismo nivel que el resto de las autonomías. Por ello es imprescindible desarrollar el artículo 108 de nuestro Estatuto equilibrando la posición de Aragón a través de los correspondientes acuerdos bilaterales con la Administración Central.
Apostamos por una sociedad del conocimiento donde la Universidad sea líder en dicho objetivo, y para ello habrá que dotarla de aquellos instrumentos humanos y económicos que sean necesarios para su desarrollo. Cuando una sociedad hace dejación del conocimiento renuncia al protagonismo de su tiempo, y Aragón no puede ni debe desaprovechar su ingente capital humano. Apostamos por una sociedad civil dinámica y motivadora apoyada por los poderes públicos en sus tareas, pero que debe ser la auténtica valedora del futuro sin imposiciones desde las administraciones que deben encargarse de asegurar sus justos cauces de desarrollo.
Una sociedad en la que todos los aragoneses tengan garantizados los servicios básicos en condiciones de auténtica igualdad independientemente de su lugar de residencia. Esa es sin duda la mayor garantía contra el abandono rural y la consiguiente despoblación. Vivimos momentos de crecimiento económico, pero es preciso establecer políticas públicas que lo transformen en inclusivo y sostenible. Para ello es imprescindible que se genere un clima favorable al desarrollo empresarial que, mediante auténticas medidas de alivio fiscal, beneficie a empresarios, pymes y trabajadores autónomos para desembocar en la creación de un empleo de calidad en todo el territorio, favoreciendo la igualdad real de oportunidades. Este es el mejor instrumento en la lucha contra la despoblación.
Somos conscientes de nuestra condición de españoles y europeos. No solo no renunciamos a ella sino que queremos reivindicarla como parte de nuestras señas de identidad. Únicamente desde su defensa podremos crecer y desarrollar todas nuestras potencialidades. Frente a las aventuras temerarias y disgregadoras deben imponerse el sentido común y el acuerdo como elementos básicos de la convivencia.
Desde estas profundas convicciones y reivindicando lo que nos une, hacemos un llamamiento a los aragoneses a defender su identidad y reclamar el legítimo papel que nos corresponde en España y en Europa.
¡Viva Aragón!
¡Feliz San Jorge 2018!
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