Por Arturo Aliaga. Presidente del PAR y candidato a la Presidencia del Gobierno de Aragón.
Si no hay respaldo de los gobiernos de España y Francia será prácticamente imposible que lleguen fondos de la UE. Está muy bien que Aragón y Aquitania soliciten a Europa financiación para el túnel internacional, pero yo no veo feliz respuesta sin el cumplimiento de la premisa previa. Y esto no es nuevo. Respecto al Canfranc las reclamaciones e iniciativas políticas se reproducen cada cierto tiempo sin que haya avances significativos y concluyentes. Gestos, acciones, reclamaciones y “efectos especiales” son comunes y recurrentes en etapas preelectorales y electorales, pero el principal inconveniente siempre queda sin resolver.
¿Qué ocurre con el Canfranc? ¿Qué se opone a ese final feliz que muchos anhelamos y tantas esperanzas ha albergado? ….
La voluntad política. Esa es la verdadera razón que bloquea una y otra vez el camino hacia la reapertura. Desde mi partido, el PAR, y yo mismo como su presidente, he reivindicado y reivindico siempre a España y Francia la máxima voluntad política con el proyecto. Ese es el quid de la cuestión. Y a eso le he sumado, con todo el empeño y esfuerzo del que hemos sido capaces en el Congreso y el Senado, una partida económica de 15,1 millones de euros recogidos en los Presupuestos Generales del Estado.
Reivindicación más inversión. Ese es el trabajo del PAR. Lamento que los 137,6 millones de euros que conseguimos en las Cortes Generales para Aragón, a través de enmiendas PAR a los PGE, fueran votados en contra por los diputados socialistas en Madrid.
Para el PAR el “objetivo es conectar Aragón con Europa mediante infraestructuras de transporte para personas y mercancías. Esto serviría para impulsar el desarrollo que tanto perseguimos conscientes de su indispensabilidad para un Aragón con escaso peso específico en el conjunto nacional, y con ciertas peculiaridades como la despoblación, la baja densidad de la población y el envejecimiento, peculiaridades que nos perjudican a la hora de repartos al no estar contempladas en los parámetros que se siguen, por ejemplo, a la hora de repartir la tarta de la financiación autonómica.
Mientras los gobiernos español y galo no sean capaces de ir de la mano desde una apuesta inequívoca y firme, el Canfranc seguirá como está. Estoy convencido de que el escaso peso político de Aragón en las Cortes Generales inhibe la voluntad política de los gobiernos nacionales con Aragón, lamentablemente más interesados en réditos políticos –aquí somos pocos- y en concentrar fuerzas e inversiones millonarias para contentar a otros territorios más poblados y de mayor peso político, que en el verdadero equilibrio territorial y vertebrador del Estado, que además propugna la Constitución de 1978.
Lo que tengo claro es que, más aragonesismo del PAR es más Aragón. Y necesitamos más Aragón para competir con mayores oportunidades, denunciar los agravios y reclamar lo que es nuestro. ¿Qué ha pasado con la Travesía Central? Nadie habla de la TCP ni en campaña ni fuera de ella. Un proyecto irrenunciable para nosotros y compatible con Canfranc, que parece estar políticamente muerto. Hay que revitalizar la TCP. Es demasiado importante para Huesca y Aragón como para que se nos quede por el camino. Me comprometo a elaborar una estrategia de defensa de la Travesía Central del Pirineo poniendo en valor los notables beneficios económicos y medioambientales que esta infraestructura reportaría.
Resulta extraordinariamente injusto e irracional que el Pirineo Central siga siendo una barrera infranqueable.