(Comunicación de Presidencia del partido)
El hecho de no tener en la actualidad representación en el Ayuntamiento de Zaragoza no quiere decir que el partido se haya olvidado de la capital. Al contrario, consideramos dicha ausencia como algo coyuntural, que revertiremos dentro de un año. Esa debe de ser nuestra principal aspiración, porque no se entiende un Partido Aragonés que no participe activamente en la gestión del primer consistorio de la comunidad. En mayo de 2015, debemos recuperar esos pocos cientos de votos que nos dejaron fuera del ayuntamiento, porque la actual situación de la corporación municipal evidencia la necesidad de un partido predispuesto a buscar soluciones, acuerdos, consensos que hagan posible que se desarrollen los proyectos de ciudad. El frentismo, crispación e inmovilismo que padecemos hoy en Zaragoza condiciona la recuperación y el desarrollo de la comunidad.
Siempre hemos concebido Zaragoza como esa gran cabeza tractora del tren que es Aragón y no como un pulso permanente entre Zaragoza y Aragón que es lo que plantean otros, y que creíamos ya superado.
Mientras, nuestro partido ha seguido ocupado en mejorar la calidad de vida de los zaragozanos, a través de nuestras parcelas de gestión en el Gobierno de Aragón y en la diputación provincial, y a través de numerosas iniciativas que hemos planteado en el Senado y en las Cortes de Aragón mediante proposiciones no de ley propias, enmiendas a las planteadas por otros grupos, o mociones concretas que abarcan cuestiones muy diversas. En los tres últimos años en las Cortes nos hemos preocupado de la situación del Hospital Nuestra Señora de Gracia, del programa de atención domiciliaria, de la promoción de las colecciones de tapices, de la fundación Vicente Martínez Tejero, del conservatorio profesional de música, de la puesta en marcha del Instituto de Investigación del Cambio Climático o de la Plataforma Logística de Zaragoza, cuya maraña legal no debe enturbiar la imagen del proyecto y del futuro de decenas de empresas radicadas en ella que dan trabajo a miles de aragoneses. Hemos trasladado nuestro parecer sobre la situación de Tata Hispana, de la red de cercanías, de los horarios comerciales, del uso del antiguo Buen Pastor, de la salud mental, del acelerador del clínico universitario o del centro de especialidades de San José.
En el Senado, se han presentado cerca de 40 iniciativas relacionadas con la utilización de los suelos del Portillo y Delicias, el túnel de la A 68, los desdoblamientos de la N-II y la 232 y la liberalización de los peajes, entre otras muchas cuestiones que ocupan el interés prioritario de los zaragozanos.
También desde la CHE, contribuimos a que Zaragoza avance, con actuaciones tan decisivas como el fuerte impulso al recrecimiento del embalse de Yesa para garantizar el abastecimiento durante décadas, tan importantes como el trabajo frente a las avenidas del Ebro o tan simbólicas como la reparación de la Fuente de los Incrédulos.
Desde el Gobierno, a través de la Consejería de Industria e Innovación hemos encabezado iniciativas pioneras en materia de energía, innovación y reindustrialización que nos sitúan en la vanguardia de la sociedad zaragozana. Desde nuestras Direcciones Generales hemos abanderado cuestiones tan importantes como la atención a las familias más desfavorecidas y al usuario en áreas de salud; la resolución de conflictos laborales y la prevención de riesgos en los lugares de trabajo; el comercio como elemento de dinamización y cohesión de la ciudad; la atención al ciudadano en materia de consumo; el turismo como uno de los principales yacimientos de empleo y actividad económica de la ciudad y la protección de nuestro patrimonio sobre la base de la sostenibilidad y el progreso. Sin ser un repaso exhaustivo o completo, es una buena muestra de esa labor.
Son cuestiones relacionadas con el empleo, los servicios sociales, las infraestructuras y la sanidad, que junto a la educación son las principales preocupaciones de los zaragozanos donde ha sido especialmente importante nuestro constante apoyo a las universidades de Zaragoza, de las que saldrán los futuros dirigentes de las empresas y de la propia política aragonesa.
Reconozcamos nuestra intensa aportación a Zaragoza y sigamos trabajando.