La exposición sobre Fernando II de Aragón, unida a la muestra de obras de Goya, son dos eventos culturales de primera magnitud, como evidencia su inauguración por los actuales reyes de España y de Aragón.
La revisión del papel histórico del monarca aragonés nacido en Sos supone también una oportunidad para reivindicar Aragón, Reino y Corona, frente a las manipulaciones interesadas de otros, así como el pionero protagonismo aragonés en la unidad de los reinos peninsulares asentando la realidad actual, aunque la quisiera de otro modo a la uniformidad impuesta por reyes y sucesos posteriores.
La exposición sirve además para desmentir ensoñaciones sobre la inexistente raíz del centralismo en aquella época o sobre lo que pudo haber sido sin Castilla, sin España.
La verdad histórica de un Aragón orgulloso de su identidad pero dispuesto a contribuir solidariamente a empresas mayores con vocación de universalidad, no es cuestionable y ya formaba parte del carácter de nuestra tierra y de nuestras gentes. Goya es un exponente junto con tantos aragoneses ilustres y reconocidos aquí y en el mundo.
En cualquier caso, se trata de aprovechar una oportunidad cultural que da inicio a un ciclo con hitos venideros, de poner el foco en la memoria para saber más de nosotros y de la Comunidad que compartimos, de insuflar realidad sobre la personalidad de Aragón y su trascendencia, de ganar en autoestima como herramienta para trabajar por un territorio y una sociedad que, con total convicción, tienen más futuro que pasado. Y mejor.
Todo ello (verdad, orgullo, identidad, solidaridad, universalidad, ambición…) se integra en el ideario que el PAR defiende y aplica a su proyecto político porque son rasgos que definen a Aragón y a los aragoneses.