La integración de las cajas de ahorro aragonesas, una vez culmine su «bancarización» y el proceso decididamente reabierto, es una noticia muy positiva para nuestra comunidad. En un sector financiero altamente competitivo y globalizado, condicionado por la difícil situación económica y por una agitada y radical transformación, contar con una entidad con liderazgo, capaz de afrontar las actuales turbulencias y el futuro, con trayectoria y sede (operativa, social, fiscal) por completo en Aragón, es una opción óptima, sin duda mejor para los intereses de la comunidad que la prevista hace unos meses u otras alternativas, y que nos habla de la gestión llevada a cabo en estas cajas y su vocación netamente aragonesa.
De esta manera, la perspectiva es favorable y confiamos en que la nueva entidad, al igual que hicieron las cajas de ahorro en su dilatada historia, continuará sólidamente identificada con los intereses e idiosincrasia de Aragón y con el desarrollo del territorio, el empleo y el bienestar de la sociedad, a través de una actividad que contribuya a financiar la recuperada prosperidad de nuestras empresas, autónomos y familias, y con la continuidad, bajo formato viable, de sus obras sociales y culturales.
Esperamos igualmente que esta integración resulte positiva para los numerosos accionistas de las cajas y que los inevitables efectos sobre sus plantillas y sucursales se traduzcan en un acuerdo asumible por la entidad y los trabajadores afectados.