(Comunicación de Presidencia del partido)
Acometida la reforma de las cajas de ahorro, parece que el siguiente envite del Ministerio de Economía serán las cajas rurales, las cooperativas de crédito, a las que se pretende obligar a fusionarse para crear un nuevo banco de gran tamaño. Bueno es que se pretenda resolver los problemas de las entidades financieras españolas, pero no crear uno donde no lo hay y deslocalizar instituciones fuertemente arraigadas en nuestra comunidad y que resultan esenciales para nuestro tejido productivo. Una vez más, las presiones del sector y las ansias centralizadoras pueden perjudicar a nuestra comunidad.
Esta misma semana, el diputado oscense Antonio Ruspira, ha presentado una proposición no de ley en las Cortes de Aragón en defensa de la autonomía de nuestras entidades, en la que destaca la contribución que hacen a la prosperidad de Aragón y reclama que cualquier proceso que se emprenda no afecte a la calidad de los servicios que prestan.
Los movimientos de integración que hagan nuestras entidades deben ser, como lo han sido siempre, de carácter voluntario, lo que ha llevado a la conformación de Bantierra o a mantener la identidad de la Caja Rural de Teruel, entidad pequeña, pero que ofrece interesantes datos de su solvencia, rentabilidad y gestión. Pero lo más importante es el compromiso y cercanía que ambas mantienen con nuestra sociedad, algo que se perdería en un centro de decisión de un gran banco. Ruspira ha recordado como pese a su menor peso en el sector, prestan un servicio esencial en muchas localidades del medio rural para empresas y familias que residen en el territorio.
La mayoría de las 54 cajas rurales que hay en España nacieron hace un siglo, cuando no había acceso al crédito para muchas familias y pequeñas empresas. Al igual que las cajas canalizaron el ahorro de muchos humildes trabajadores, las cajas rurales fueron el soporte financiero para miles de agricultores, ganaderos y pequeños empresarios del territorio. Nacieron de abajo a arriba, desde un espíritu cooperativo cuyos beneficios sociales son incuestionables. Las cajas rurales son hoy en día, las únicas que perduran de ese concepto de banca social, que debemos mantener.