Por Arturo Aliaga, presidente del PAR y candidato a la Presidencia del Gobierno de Aragón
No me gusta. Yo estoy acostumbrado a elaborar mi relato desde la verdad para transmitir objetivos, valores y para construir identidad. Desde el trabajo realizado durante años en las diferentes responsabilidades de Gobierno que me ha tocado desempeñar.
Pero cada vez más estamos viendo a líderes de partidos de ámbito nacional, que moldean sus discursos y sus propuestas en función del escenario en el que toque “actuar”. Es aquello de decir una cosa y la contraria según el interés electoral y el lugar donde se explique.
Son comportamientos indeseablemente extendidos, típicos de “vendedores de humo”.
Algunos partidos como el PSOE abogan por un Pacto de Estado contra la despoblación, con el que estoy plenamente de acuerdo, pero dejan que se cierre la central de Andorra, por ejemplo. Y no es coherente. O piden –socialistas y populares- la reforma de la financiación autonómica y cuando les toca gobernar la evitan para no tener problemas con los partidos y territorios que tienen más peso específico en las Cortes Generales. Otros como Ciudadanos defienden el cierre de municipios menores de 5000 habitantes en Aragón y la eliminación de las diputaciones provinciales, y a renglón seguido se les llena la boca con la despoblación y las “medidas” que tienen para erradicarla ¿Qué maneras son estas de defender Aragón y el futuro de los aragoneses? Vox, por ejemplo, predica que ni las autonomías ni las comarcas deben existir y pide el trasvase igual que Ciudadanos.
¿Trasvasar agua del Ebro a Levante, eliminar las diputaciones, comarcas y pueblos menores de 5000, que son casi todos los que tenemos, cerrar la térmica de Andorra y/o paralizar las infraestructuras nos va a llenar de gente y futuro el territorio?
¿Nos llevarían estas acciones políticas a rozar el pleno empleo? ¿Nos aportarían servicios? ¿Se llenarían de niños nuestras escuelas y de médicos los hospitales del medio rural con carencia de especialistas?….
Necesitamos más aragonesismo para proteger lo nuestro, defenderlo y progresar.
Mientras tanto, el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2019 ha sido desastroso e indignante para Aragón. Esta es la realidad. La caída de la inversión en infraestructuras carreteras e hidráulicas es decepcionante. Se alargan los plazos y caen las inversiones para Aragón en las principales obras.
Nosotros pedimos que se mantuvieran los 137,6 millones de euros consignados por el anterior Gobierno de España en 2018, que conseguimos incluir en las cuentas estatales. Ahora reclamamos que se ejecuten, y aviso de que no vamos a renunciar a ellos porque son de Aragón gracias al trabajo que realizó el PAR. Este montante supone una importantísima inyección económica que no ha llegado a nuestra Comunidad Autónoma debido a la prórroga presupuestaria.
El PAR logró partidas económicas destinadas a mejorar la línea ferroviaria de Canfranc y otras actuaciones en las carreteras N-260 y N-232, así como en la autovía A-68 y la liberación del peaje de la AP-2, entre otras muchas. También para la necesaria y urgente limpieza del Ebro. Con la inversión de los 10 millones de euros logrados queríamos mantener y conservar los cauces públicos. Prevenir, limpiar, recuperar y mantener caminos, y riberas. Ese era el objetivo.
Los alcaldes ribereños están cansados ya de exigir soluciones a las administraciones después de un año de la riada que alcanzó más de 2.000 metros cúbicos por segundo a su paso por Zaragoza.
Así las cosas, me preocupa el actual escenario político y la desafección del electorado. Y me ocupa que el motor de Aragón funcione.