Siempre he estado convencida de la necesidad de un plan que incluya la investigación de todos los efectos causados por una toxicidad, la del lindano, que está más que constatada. Que incluya la compensación a los afectados que ya conocemos y a los que determine dicho estudio. Que incluya los abastecimientos alternativos inmediatos a todas las localidades que toman agua del Gállego curso abajo de Sabiñánigo, porque los filtros son un remedio provisional, o la solución definitiva a los residuos depositados en Sardas, en Bailín, en la fábrica y en emplazamientos por señalar.
El lindano sigue siendo un problema. La contaminación por residuos de la fabricación del lindano y por este mismo agente químico constituye, a día de hoy, el más grave problema ambiental al que nos enfrentamos los aragoneses.
Es un error pensar que sus consecuencias se limitan al área de Sabiñánigo y son suficientes las actuaciones de control de los vertederos conocidos o de la abandonada factoría del producto. Por eso es absolutamente necesario que los políticos utilicemos toda nuestra responsabilidad para encontrar soluciones efectivas y eficaces en todas sus vertientes y en el menor tiempo posible. De ahí la necesidad de afrontar un plan completo de descontaminación.
Recientemente abordamos la contaminación del lindano en las Cortes de Aragón. Y aunque finalmente logramos buenos acuerdos que disponen avances, me sorprendió la perspectiva del consejero del Gobierno de Aragón PSOE-CHA, Joaquín Olona, que aportó una visión alicorta que resumida se limita a valorar que «la cuestión es muy complicada». Cierto, pero no basta con reconocerlo y punto, como si fuera un ciudadano cualquiera. No lo es. Como miembro del Gobierno autonómico responsable en la materia, su respuesta carece de implicación y acción política contrariamente a lo que debería ser.
En esa sesión de las Cortes, el Partido Aragonés impulsó una resolución que, junto con otra, las enmiendas habidas y la negociación entre todos los grupos con voluntad de entendimiento, dio lugar a un acuerdo unánime para hacer frente al lindano. Esa unanimidad es un valor que conviene destacar y mantener. Supone plantear respuestas, no solamente parches y vigilancia. Además la implicación de España y Europa como en Flix o en Aznalcollar debe ser decisiva teniendo en cuenta que la situación rebasa las posibilidades y responsabilidades de Aragón. El problema se localiza aquí pero afecta a todos.
Nos unimos en nombre de todos los aragoneses para reclamar al próximo Gobierno Central resultante de las generales del 20D, que elabore un plan técnico de descontaminación con la financiación suficiente para localizar los focos contaminados por lindano, prever las actuaciones en un calendario y definir las administraciones competentes y partidas económicas junto con un plan de compensación territorial. Decidimos impulsar también al Gobierno de Aragón para que lidere y garantice la coordinación de las administraciones y el cumplimiento de este acuerdo, desarrollando además a la mayor brevedad posible las obras de abastecimiento alternativo para todas las localidades afectadas y promoviendo un parque tecnológico en Sabiñánigo especializado en relación con esta materia. De esa manera estaríamos transformando el problema en una oportunidad de desarrollo. Reactivaríamos la economía de la zona atrayendo industria química «verde».
En mi partido tenemos claro que esperar no es la solución. No vamos a sentarnos hasta que ocurra un desastre repentino o paulatino a causa de pequeñas dosis. No. Ni vamos a mirar para otro lado. Trabajamos y trabajaremos desde todos los niveles en los que estemos representados hasta que haya partidas económicas suficientes reflejadas aquí y en los Presupuestos Generales del Estado. Estamos convencidos de esa necesidad. Los vecinos afectados, y todos, merecemos librarnos de la constante amenaza de contaminación por lindano.