Me remonto a 1977 fecha en la que se fundó el Partido Aragonés. Un partido aragonesista de centro, de fuerte implantación territorial cuyo proyecto y empeño es la defensa de los intereses de los aragoneses desde cada uno de los niveles en los que el PAR esté representado en los diferentes momentos políticos en cada legislatura; desde el máximo nivel de autogobierno y competencias hasta el reconocimiento de nuestros derechos históricos y la reclamación de una justa financiación autonómica que se nos sigue negando por parte de los sucesivos gobiernos de Madrid.
La prosperidad socioeconómica de Aragón es para nosotros un objetivo prioritario y la defensa y promoción cultural, también. Defendemos el derecho foral, el rechazo al trasvase del Ebro, la ejecución de las obras pendientes del Pacto del Agua de 1992 y cualquier asunto de interés para los aragoneses, que tenga que ser defendido en nuestras instituciones y/o en las Cortes Generales.
El PAR es el partido que impulsó las grandes manifestaciones autonomistas; la comarcalización, que ha permitido vertebrar el territorio descentralizando y acercar la Administración al ciudadano en una clara apuesta por respetar y mejorar el medio rural. La custodia compartida y la financiación de la educación infantil son otros de nuestros activos.
Somos el centro útil. Muchos de los grandes proyectos estratégicos de Aragón de los últimos 30 años han sido impulsados por el PAR desde los gobiernos en los que hemos estado representados. La etapa de mayor dinamismo económico se produjo entre 2000 y 2008, con Walqa, Motorland, Plaza, Dinópolis o Caudé, entre otros.
Recientemente, en 2018, mi partido logró para Aragón la friolera de 137,6 millones de euros “extra”, a través de enmiendas en el Senado que fueron ratificadas en el Congreso, que se recogieron en los Presupuestos del Estado. Una inyección económica importantísima de la que me siento especialmente orgulloso, destinada fundamentalmente a infraestructuras largamente reivindicadas y necesarias tales como, por ejemplo, el Canfranc para conectarnos con Europa, el Corredor Mediterráneo para reforzar la logística de Aragón, las obras en carreteras como la A-21, A-22 y A-23; la A-68 y N-232, y otras con escasa voluntad política gubernamental y pendientes de ejecución. Somos el centro útil.
El bagaje político del PAR es extenso y significativo. Potenciamos los sectores estratégicos como la logística, el turismo, la energía o la agroalimentación y realizamos una apuesta decidida por los sectores tecnológicos. Las tecnologías del hidrógeno despiertan ya un gran interés. Recientemente tuve el honor de recoger el diploma acreditativo del premio Nacional Energy concedido al proyecto de la Fundación Hidrógeno de Aragón de la que soy presidente.
Abogamos por un modelo de desarrollo económico más social, ecológico y de especialización inteligente y respaldamos la internacionalización de la economía aragonesa. Esa es la fotografía del PAR, puro aragonesismo. De centro.
Siempre hemos contribuido a la gobernabilidad y hemos ofrecido y ofrecemos estabilidad a los gobiernos y eficacia en la gestión. Y siempre desde el centro político que somos y ocupamos.
Contamos con aciertos y errores, pero cuando pactamos firmamos documentos que cumplimos hasta el final de cada legislatura. Somos un partido leal, que proporciona estabilidad a los gobiernos y activa políticas que ninguna otra fuerza puede impulsar por su sometimiento a Madrid. El compromiso y la lealtad institucional son algunas de nuestras fortalezas.
Defendemos Aragón palmo a palmo, las ciudades y los pueblos. El 100% del territorio. La agricultura y la ganadería; que Aragón sea relevante en la industria, en las energías. el turismo rural y urbano. La nieve y todo proyecto que ayude a evitar la sangría de la despoblación. Capaces de llegar a acuerdos en beneficio del interés general.
No nos gusta ni queremos ningún “centro nuevo y veleta” que vaya dando empujones y venda recentralización y trasvases. Cualquier experimento habido o por haber ha fracasado. Somos la antítesis de ese modelo territorial. Nosotros no defendemos liberalismos excluyentes, ni mociones de censura, ni hemos desestabilizado nunca a ningún ejecutivo. Ese no es nuestro centro político ni nuestro modelo.
No somos un centro para destrozar. Somos un centro para relanzar la economía, revertir la despoblación y mejorar la calidad de vida en el territorio. Para dialogar, consensuar, sumar y construir Aragón. Ese es nuestro centro. El centro útil que defendemos.
(Publicado en Diario de Teruel, el 21-05-2021)