El PAR apoya cualquier iniciativa que sirva para la apertura de la línea internacional pero también defiende el apoyo a la Travesía Central Pirenaica. Ambos proyectos son compatibles y prioritarios para el futuro de Aragón. El presidente del Partido Aragonés (PAR) y portavoz en las Cortes, Arturo Aliaga, ha defendido el apoyo del PAR a «todas las iniciativas» que sirvan de avance hacia la reapertura de la línea internacional, tal como acordó ayer la Comisión Ejecutiva del Partido reunida en la sede central del Coso en Zaragoza.
Aliaga ha asegurado que la reapertura no es un problema económico ni se le conoce contestación social ni medioambiental, sin embargo el proyecto «siempre se acaba atascando» y ha defendido que desde hace muchos años la reapertura debería haber sido «una cuestión de Estado».
El presidente del PAR ha deseado que esta «vieja reivindicación» aragonesa acabe siendo «una realidad» y deje de ser una línea «tercermundista en pleno siglo XXI», al tiempo que ha recordado que durante años los avances conseguidos en las cumbres han quedado en «agua de borrajas». Ojalá, ha insistido Aliaga, la UE apoye la reapertura y esta vez sea «la definitiva». Estaríamos «encantados» de celebrarlo.
Travesía Central Pirenaica
Arturo Aliaga ha defendido la Travesía Central Pirenaica (TCP) como conexión para el transporte de mercancías de África a Europa y su «compatibilidad» con el Canfranc. «No podemos olvidarla», ha indicado Aliaga.
Así, ha subrayado que ambos proyectos, el Canfranc y la TCP son irrenunciables para el PAR dada su importancia para «el desarrollo y esperanza de futuro» de Aragón y de manera muy especial, del Alto Aragón.
La TCP, insiste Aliaga, debería figurar en el «calendario de Europa» y sin embargo no tiene el apoyo de la UE. Por todo y considerando que constituye un «gran proyecto» para Aragón, ha reivindicado el apoyo de Madrid en el Parlamento Europeo. Es una infraestructura «fundamental» y «muy reivindicada por los aragoneses» ya que una vez construida sería la conexión de África con Europa y situaría a Aragón «en otro nivel».