Zaragoza, 29 de noviembre de 2017.- El Partido Aragonés ha presentado en las Cortes de Aragón una propuesta para que puedan “volver a casa los bienes de Barbastro-Monzón”. Para ello insta en su iniciativa al Gobierno de Aragón a que solicite una reunión con cada uno de los miembros del Museo Diocesano y Comarcal de Lérida (Generalitat de Cataluña, Ayuntamiento de Lérida, Diputación de Lérida y Consejo Comarcal de Segrià, además del Obispado) para que “dejen de oponerse y ofrezcan facilidades al Obispado ilerdense para proceder a la devolución de los bienes de Barbastro-Monzón”. Y todo, ha manifestado el PAR, considerando que dicho Obispado ha reconocido en un acto de conciliación que las piezas deberían devolverse a su legítimo propietario y que no puede hacerlo dado que las obras se encuentran en el Museo y su consorcio se opone.
Además, el Gobierno de Aragón dará traslado de esta iniciativa a todos los integrantes del Consorcio del Museo Diocesano y Comarcal del Lérida.
El Partido Aragonés valora que, con independencia de las acciones jurídicas que el Obispado de Barbastro-Monzón lleve a cabo al respecto, sería oportuno que el Gobierno de Aragón se implicara a nivel político para que las instituciones que conforman el Consorcio del Museo, y que según las declaraciones del Obispado de Lérida en el acto de conciliación serían los retenedores, “dejen de oponerse y faciliten que la devolución se lleve a cabo definitivamente”.
Antecedentes
Recientemente tuvo lugar un acto de conciliación a instancias del Obispado de Barbastro-Monzón en el que compareció el Obispado de Lérida -y no el Consorcio del Museo Diocesano y Comarcal del Lérida, que también estaba convocado-.
El Obispado ilerdense, en dicho acto, reconoció la propiedad aragonesa de los bienes que se encuentran en el Museo pero alegó que no puede devolver las piezas ya que el Consorcio “se niega a la devolución y al cumplimiento de las sentencias”.
El Partido Aragonés considera que este conflicto puede tornarse en un asunto con un matiz político considerable, según lo que apunta el propio Obispado, dado que si el consorcio no lo impidiese, se presupone que desde la diócesis “se devolverían las piezas ya que reconocen a sus legítimos propietarios y conocen perfectamente las sentencias vaticanas que obligan su devolución”.