(Zaragoza 26/09/2022) El Comité Municipal del Partido Aragonés ha denunciado hoy el vandalismo que sufre el exterior de la Iglesia de la Magdalena, joya del mudéjar, cuyos muros exteriores se encuentran cubiertos por pintadas con expresiones malsonantes e insultos al clero.
El presidente del Comité Municipal, Jesús Martín, ha expresado su “repulsa ante la falta de respeto que supone estropear un monumento clave del mudéjar, cuya última restauración se realizó recientemente, y que fue sufragada con dinero de toda la ciudadanía. No apelamos ya a los sentimientos religiosos, que respetamos, sino a los de civismo y valores culturales ante el daño que se hace a un edificio patrimonio de todos los zaragozanos y aragoneses”.
Martín ha recordado que “la iglesia parroquial de la Magdalena se encuentra en el centro histórico de Zaragoza y es patrimonio cultural aragonés, además de estar catalogada como bien de interés cultural”.
Para Jesús Martín, “este vandalismo cultural y religioso, porque el contenido de las pintadas así lo indica, hace desmerecer lo que significa una ciudad moderna y limpia, y deprecia el barrio y los comercios próximos. Existen otros modos de protesta sin poner en peligro los monumentos de la ciudad”.
La Parroquia de la Magadalena se levantó a comienzos del siglo XIV en sustitución de un templo románico anterior. Su tipología corresponde al modelo de iglesia de nave única, con capillas entre los contrafuertes y cabecera poligonal. El templo cambia su orientación en la reforma del siglo XVIII, situándose la nueva puerta de acceso en la antigua cabecera absidial. La portada original con arquivoltas se encuentra cegada en el lado sur, en la calle Mayor.
El exterior del ábside se decora con paños de arcos mixtilíneos entrecruzados bajo ventanas apuntadas y, sobre éstas, cruces de múltiples brazos formando rombos. La torre sigue los modelos de las turolenses de San Martín y el Salvador; su estructura responde también al modelo de alminar almohade, como en San Pablo, es decir, está formada por dos torres, una envolviendo a la otra, con la rampa de escaleras entre ambas. Los motivos ornamentales son los tradicionales en la arquitectura mudéjar aragonesa, enriquecidos en este caso con piezas de cerámica vidriada.