Familias y adicciones

por Eva Fortea, secretaria ejecutiva de Comunicación del Partido Aragonés y directora general de Familia, Infancia y Natalidad de Aragón

De vez en cuando me acuerdo de un terapeuta de Proyecto Hombre que vino a mi colegio para darnos una charla. Era 1986 y, en aquella época, el mundo de las adicciones entre adolescentes se centraba principalmente en prevenir la drogadicción. Decenas de chicos y chicas jugueteaban entonces con drogas blandas y duras y muchas de aquellas personas acabaron convirtiendo ese juego en algo tan dramático que destrozó sus vidas y las de las personas que les rodeaban.

Ahora, en 2023, la sociedad ha cambiado, las cosas son más complejas y el problema de las adicciones, con sustancias y sin sustancias, sigue siendo una realidad, eso sí, aumentada. A los consumos problemáticos de drogas, incluido el abuso de alcohol de nuestra juventud, se han sumado, sobre todo entre los más jóvenes, que no olvidemos que siempre son los más vulnerables, las adicciones al juego o las apuestas deportivas, aunque no nos confundamos, poco tienen que ver con todos los valores que el deporte aporta a la sociedad, pero además hoy en día, como todos sabemos, se han ampliado las posibilidades, sumando a la modalidad presencial, la virtual u on line. Según encuesta del Ministerio de Sanidad, el 3 % de los jóvenes de entre 14 y 18 años en España puede sufrir adicción al juego on line.

La tecnología, que ofrece a niños y adolescentes unas oportunidades de formación e información inimaginables hace solo unos años, también les abre la puerta a otros peligros, como el acceso increíblemente temprano a la pornografía, la Agencia Española de Protección de datos habla de que se accede con edades en torno a los 12 años, o a ser víctimas de sexting o grooming.

El consumo de alcohol es generalizado entre los jóvenes, incluido el binge drinking (beber cuanto más en el menor tiempo para conseguir los efectos deseados), la marihuana es la droga ilegal más consumida entre los chicos u chicas, con la aparición temprana de síntomas depresivos, de ansiedad, o trastornos mentales más graves, sin hablar de las nefastas consecuencias que esta y otras sustancias tienen en sus rendimientos académicos o en sus relaciones personales, incluidas las familiares.

Las drogas son una de las cuestiones que más preocupa a los padres y madres, aspectos como una sociedad más tolerante, un consumo más generalizado, la relativa facilidad para conseguirlas o la aparición de nuevas sustancias con consecuencias graves para la salud física y mental de los jóvenes. El miedo de que los hijos o hijas lleguen a caer en ese mundo y padecer una adicción es algo que siempre planea sobre cualquier familia.

Y es que debemos tener claro que, en el mundo de las adicciones, atender a las familias es algo fundamental, porque las familias son un elemento esencial en el proceso terapéutico y porque, además, son verdaderas afectadas por el terrible sufrimiento que este problema genera.

Por ello debemos garantizar una red de prestación de servicios de calidad en todas las Comarcas aragonesas, con Programas de Intervención Familiar cuyo objetivo es orientar, apoyar y capacitar a las familias, ya sean prestados desde las Unidades de Atención y Seguimiento de Adicciones, especializadas en el tratamiento ambulatorio de los trastornos adictivos, o desde otro tipo de recursos, como las Comunidades Terapéuticas, que son los centros de rehabilitación de carácter residencial. Y se debe lograr que este tipo de servicios estén al alcancen de todos los aragoneses vivan donde vivan.

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