En el comienzo de un nuevo año los deseos fluyen ambiciosos y generosos al mismo tiempo con el interés puesto, en mi caso, en aspiraciones de futuro para Aragón y los aragoneses, de justicia interterritorial y apertura de caminos para llenar de vida el territorio. No para desertizarlo como algunos pretenden.
Deseos de tranquilidad y futuro, especialmente para las familias de las comarcas mineras que ven amenazado su porvenir. Si la Central Térmica de Andorra cierra en 2020 el efecto puede ser devastador. Hay que evitarlo. Por eso he exigido desde el primer día que los gobiernos de Aragón y España, junto con la empresa propietaria, Endesa, se reúnan para establecer medidas de transición. Es necesario crear alternativas sin que se produzca un cierre brusco que provocaría un impacto catastrófico. Nosotros desde el PAR -ya hemos adelantado propuestas a la DGA- nos oponemos y opondremos tajantemente a un cierre violento sin mecanismos previos de adaptación. El Gobierno de Aragón debe ejercer influencia decidida y eficaz. Presionar al Gobierno de Sánchez para que se implique con inversiones. No se puede cerrar la central sin un buen plan de reindustrialización. No quiero un cierre a la brava. Sería letal.
Nos inquietan los presupuestos autonómicos, que han estado condicionados a las exigencias de algunos partidos. La consecuencia directa es que la DGA bloqueará 200 millones de euros de gasto debido a la prórroga. Obstrucción que afecta al fondo contra la despoblación, al Fondo de inversiones de Teruel y al empleo ente otros menesteres a cuál más trascendente.
Intranquilidad por las cuentas del Estado 2018/19 ¿Qué pasa con los 137,6 millones que logró en Madrid el PAR para Aragón? Puedo asegurar que la ejecución de las enmiendas que incluimos en los PGE, a pesar del voto en contra del PSOE, sería como agua de mayo para Aragón. Un montante de 15 millones de euros para la línea Huesca-Canfranc, 6 para el AVE Cantábrico-Mediterráneo, 8 para el Congosto del Ventamillo-Campo, 9,5 millones para la A-68, 29 para la Autovía de los Pirineos, 13,5 para la Autovía Mudéjar, 7 millones para impulsar la construcción del tramo de la autovía A-22 entre Lérida y Huesca y 10 para la limpieza del Ebro, entre otros, son muchos dineros.
Preocupantes las graves objeciones de la Comisión Europea al borrador de Presupuestos del Gobierno español para 2019 por el riesgo de rebosamiento del gasto público y el insuficiente ajuste del déficit estructural. Bruselas apunta que con este proyecto presupuestario existe un riesgo muy elevado de que España incumpla el Pacto de Estabilidad y Crecimiento en una fase de desaceleración económica. El FMI y la OCDE sostienen una interpretación muy parecida.
Tenemos un alto nivel de deuda pública, y aunque es cierto que hemos ido superando la crisis generando empleo no lo es menos que las subidas de impuestos no son la solución en Aragón ni en el resto de España.
La incertidumbre política a escasos meses de las elecciones municipales, europeas y autonómicas no se despeja. Y mucho menos tras las andaluzas, que han generado una enorme sacudida electoral, calentado la actividad política y abocado a la toma de alguna que otra decisión. Pedro Sánchez anunció a renglón seguido que presentará los Presupuestos durante enero.
Y mientras, Torra quiere seguir la “vía eslovena” -1991- que incluyó un conflicto armado, inmediatamente después de que Eslovenia declarase su independencia de Yugoslavia.