(Comunicación de Presidencia del partido)
Es recomendable la lectura de un interesante artículo publicado en el diario El País en el que se hace una radiografía de la política y los jóvenes. Es la interpretación de una encuesta propia que ha elaborado el citado medio y que, a grandes rasgos, coincide en las que publica de forma sistemática el CIS y cuya principal conclusión es que la juventud española está pidiendo profundas reformas del sistema y de los partidos políticos, pero rechaza las revoluciones que impulsan otros colectivos y que a menudo se parapetan detrás de los jóvenes.
La lectura que debemos sacar es que la generación más preparada con la que ha contado nunca España es profundamente democrática. Rechazar el bipartidismo actual y ser crítico con el sistema de partidos no quiere decir que éste haya que destruirlo, sino reformarlo para lograr que sea más legítimo. La inmensa mayoría de los jóvenes se muestran respetuosos con las instituciones, la monarquía y el sistema político de nuestro país, incluido el modelo autonómico. De hecho, son más autonomistas que el resto de la población. Los jóvenes españoles quieren participar de ese cambio y el Partido Aragonés debe propiciar que se impliquen todavía más. Debemos tomar nota de sus demandas y saber dar respuesta a los protagonistas del mañana, pero también del presente. A una generación con más preparación, que han viajado más que apela a la recuperación del espíritu de la transición como remedio al desencuentro que vivimos en la actualidad por parte de los partidos grandes. Tienen profundos valores de solidaridad, compromiso, justicia social y transparencia, a los que debemos atender, porque sus convicciones actuales antecedente al cambio que se producirá mañana.
A menudo se les estigmatiza como una generación con cierto pasotismo, pero diferentes estudios apuntan a que su participación será mayor que la del resto de la población.
La mayoría de los jóvenes no quieren la república, no están en ninguna marea, no son los antisistema a los que se escucha más porque gritan más fuerte, no porque sean representativos de nada.
Necesitamos escucharlos más y mejor para incorporar sus propuestas a nuestro renovado proyecto político.
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