Los aragoneses, primero

Los aragoneses, primero

→ Por Alberto Izquierdo, presidente del Partido Aragonés.

El nuevo Partido Aragonés que comenzó a andar con fuerza e ilusión el pasado domingo, 26 de octubre, tiene unos objetivos claros en su hoja de ruta: luchar por el territorio, por sus recursos endógenos (agua, viento, sol, energía…), por los servicios públicos… Pero este nuevo partido, con caras e ideas renovadas, quiere poner su foco en los aragoneses y las aragonesas, en su bienestar y en garantizarles unos servicios públicos de calidad vivan donde vivan.

Se acabó anteponer los intereses de los demás a los propios. Aragón debe cambiar su rumbo, con el Gobierno de nuestra Comunidad al frente, para conseguir que podamos gestionar nuestros propios recursos, para garantizar la equidad en los servicios públicos, especialmente, la seguridad de los aragoneses.

El Gobierno de Aragón debe ser valiente, debe comenzar a hablar de una Hacienda Foral propia que cuente con la financiación adecuada y que permita la autogestión. Debe comenzar a trabajar en la creación de una Policía Autonómica, reconocida en nuestro Estatuto, que resuelva de una vez por todas los problemas de seguridad que está sufriendo todo el territorio aragonés.

Es una vergüenza lo que estamos viviendo, la falta de efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Hoy más que nunca se está fomentando el Aragón de dos velocidades: los pueblos tienen que recurrir a cámaras de seguridad ante la falta de patrullas de la Guardia Civil mientras que las ciudades cuentan con agentes, eso sí, no todos los que serían necesarios. La inseguridad está creciendo y ya es hora de que el Gobierno de Aragón se ponga la ropa de trabajo y le diga al Gobierno de España que hasta aquí hemos llegado.

Trabajando unidos debemos conseguir ya la derogación de los Decretos de Nueva Planta y así poder acceder a esa foralidad que nos haga salir del vagón de los torpes, que nos permita ser una Comunidad de primera división, algo que podríamos haber conseguido hace tiempo si no fuera por las piedras que nos ponen en el camino desde Madrid.

Los aragoneses y las aragonesas, primero: en el acceso a la vivienda, a los servicios públicos, a todo aquello que hemos conseguido con mucho esfuerzo. La vecindad civil aragonesa es la condición jurídica personal que permite quedar sometido al Derecho Foral de Aragón en lugar del derecho común. Esta vecindad se adquiere o modifica mediante los mecanismos previstos en la normativa aragonesa (por ejemplo, por nacimiento de padres que sean aragoneses, por residencia continuada, por opción de los cónyuges, etc…).

Nosotros reclamamos que la vecindad civil aragonesa sea el listón que marque la calidad o la mejora en los accesos a los servicios públicos, a los beneficios que la Comunidad genera. Por ejemplo, pensamos que la vivienda pública tiene que ser un derecho, pero sobre todo para los aragoneses y las aragonesas. Defendemos que las ayudas públicas tienen que llegar a los emprendedores, a los negocios, a las empresas, a los autónomos, pero sobre todo a los que son aragoneses.

Miramos con envidia a Comunidades como Navarra que trabajan por su gente y para su gente porque, al igual que nosotros, tienen un Derecho Foral que han sabido explotar. ¿Esto significa ser independentista? No, en absoluto. ¿Eso significa ir contra España? Rotundamente no. Ya decía Joaquín Costa que ser aragonés es ser dos veces español. Lo que no podemos permitir es que ser aragonés sea sinónimo de ser imbécil y eso es lo que estamos viviendo en los últimos años.

Aragón ya empezó mal votando la vía lenta para el desarrollo del Estatuto de Autonomía y ha seguido por el mismo camino al no avanzar en su aplicación durante años y años por miedo o por cobardía. Nuestra Comunidad no ha sido valiente para exigir una reunión de la Comisión Bilateral de Cooperación Aragón-Estado, para desarrollar los artículos 76 y 108 y la disposición adicional sexta de nuestro Estatuto que nos dotarían de una Policía Autonómica, una Hacienda Foral y mejorarían los criterios para la financiación.

Ya es hora de que Aragón, los aragoneses y las aragonesas demos la cara; ya es hora de que los partidos políticos digan si quieren ser de Madrid o de Aragón. En el Partido Aragonés no tenemos ninguna duda y hoy, más que nunca, gritamos alto y fuerte: los aragoneses, primero.

(publicado en La Comarca. 31/10/25)