Por Arturo Aliaga López.. Presidente del Partido Aragonés (PAR) y candidato a la Presidencia del Gobierno de Aragón
Cada uno tiene la suya, evidentemente. Y yo tengo la mía. Mi manera de hacer política es “made in Aragón”. Pensada para la sociedad desde el escrutinio de sus necesidades, en su beneficio lejos de intereses espurios. Y muy importante, desde el imperativo indiscutible de hacer más Aragón y desde la profunda convicción de avanzar desde el sentido común y la generosidad política favoreciendo el contacto parlamentario, estableciendo el diálogo, potenciando la sensibilidad de otros partidos hacia aquellos asuntos que afectan a la sociedad aragonesa y que necesitan del consenso político para salir adelante. Para unir y no separar. Para ser útiles. Ese es mi modo de operar como presidente del Partido Aragonés y como portavoz parlamentario.
La política no es tanto cuestión de grandes esnobismos ni de espectaculares métodos marquetinianos de enganche con la calle, sino de servicio público sean cuales sean las ideas. De compromiso y respeto a lo comprometido. Es cuestión de resolver los problemas de las sociedades y no de crearlos. De ponerse de acuerdo primando el interés general, dejando de lado los propios intereses si fuera necesario.
Personalmente me comprometo a trabajar por la reducción de la presión fiscal en Aragón y el apoyo a los sectores estratégicos. La reactivación económica y creación de empleo son objetivos irrenunciables del PAR porque entendemos que son indispensables para garantizar las políticas sociales y la riqueza en Aragón. Mi mayor reto es el mejor bienestar de los aragoneses y aragonesas independientemente de dónde vivan. El impulso de políticas que garanticen la educación, la sanidad y unos servicios sociales de calidad para todos.
La nueva reforma de la financiación autonómica ha sido aparcada por el Gobierno de Sánchez y tristemente siguen bloqueadas las inversiones millonarias que el PAR consiguió en las Cortes Generales para Aragón. Me opongo rotundamente a que se puedan poner en peligro las prestaciones de los servicios en Aragón que nos cuestan mucho más caras que a otros territorios con población más joven y menor dispersión.
La inyección económica de 137,6 millones de euros que el PAR sumó a las cuentas del Estado 2018 para Aragón supone un hito histórico y lamentablemente la mayor parte de esas partidas permanece pendiente de ejecución. Las pensamos y trabajamos incansablemente para evitar que se paralizaran proyectos aragoneses fundamentales, principalmente autovías y ferrocarriles. Y logramos un total de 117 millones para la reapertura del Canfranc, el AVE Cantábrico-Mediterráneo, la N-232, la A-II, o las autovías Mudéjar y las A-21 y A-22, entre otros proyectos.
Otras tres enmiendas medioambientales -19 millones de euros más- con destino a la limpieza del Ebro (10 millones), y una de contenido general contra incendios para garantizar la dotación del personal de bomberos, que buena falta hace.
Aragón necesita estabilidad y futuro, justicia interterritorial, ideas y voluntad política para llenar de vida el territorio y alejarlo de la desertización. Que seamos pocos y con escaso peso en las Cortes Generales no quiere decir que tengamos que aceptar sin rechistar los viejos trenes “tamagotchi”, que el EVA pase de largo por Calatayud, que el Canfranc sí pero no, o que el cierre de la central térmica de Andorra tenga un impacto catastrófico.
El PAR ha jugado bien sus cartas durante toda la legislatura aquí y en Madrid. Para otros no hay excusas que valgan.