Mucho ha llovido desde que Motorland Aragón diera sus primeros pasos, allá en 2006, en una tierra muy apegada al mundo del motor gracias al circuito del Guadalope. Este proyecto, pese a todo y pese a todos, se convirtió en una gran apuesta estratégica del Gobierno de Aragón no solo para Alcañiz y el Bajo Aragón, sino para toda la Comunidad.
Impulsado en sus inicios por el Partido Aragonés, arrancó con fuerza e ilusión, pero el paso de los años y de los gobiernos, de los que he de reconocer que el PAR también formó parte, hizo que este gran proyecto comenzara a languidecer por la falta de interés, de inversiones, de empuje y de valentía del Ejecutivo. Todos debemos entonar el mea culpa: desde los políticos agoreros y estreñidos que nunca confiaron en él hasta los que siempre apostamos por este reto.
Aragón vive hoy un buen momento. Nuestra Comunidad ha demostrado su capacidad para captar proyectos tecnológicos e industriales, pero también debe trabajar por diversificar las inversiones, manifestar su valentía y ambición en potenciar e impulsar este proyecto, muy nuestro, con un gran potencial para promocionarnos en todo el mundo y atraer a miles de visitantes durante todo el año y no solo en citas puntuales.
Motorland es mucho más que un circuito, es un complejo multifuncional especializado en el mundo del motor, tanto en el ámbito del deporte como en el de la tecnología. Junto a Technopark (Parque Tecnológico del Motor), debe convertirse en un polo tractor de iniciativas para Alcañiz, el Bajo Aragón y para toda la Comunidad. No podemos conformarnos con un fin de semana divertido que tiene mucha repercusión con la celebración del Gran Premio de Aragón y con otras pruebas menores. Debemos ser ambiciosos y aspirar a metas más altas. ¿Por qué no comenzamos a pensar ya en la Fórmula 1? Hay que ponerse a trabajar y hay que hacerlo ya.
Cierto es que en los últimos meses se ha conseguido ampliar el catálogo de actividades y que el año que viene contará con 19 eventos, superando los 17 de 2024. También se ha realizado el reasfaltado del circuito con una inversión de 6,2 millones de euros procedentes del FITE, unos trabajos que se realizaron a contrarreloj y que eran imprescindibles para poder celebrar el Gran Premio de Moto GP. Esperemos que esta inversión no se quede corta y dé los resultados deseados.
Pero este impulso a Motorland debe de ir acompañado con el de su hermano, Technopark. Conocíamos esta semana por boca de su director gerente que el Parque Tecnológico del Motor de Aragón alberga 29 empresas, centros de I+D+I y de emprendedores y que sus naves nido están ocupadas al 97%. No podemos conformarnos con estas cifras. Es necesario dar facilidades a las empresas, construir nuevas naves nido que eviten los gastos de construcción a los emprendedores que buscan un lugar donde asentarse.
Si Motorland y Technopark funcionan, si conseguimos entre todos que progresen, también lo harán Alcañiz, el Bajo Aragón y la Comunidad. El futuro de Aragón depende de los nuevos proyectos, de la creación de puestos de trabajo que permitan asentar la población, de que logremos evitar que nuestros jóvenes se vayan y de que consigamos atraer a nuevos pobladores. Comprobado está que el asentamiento de nuevas empresas ejerce un efecto llamada para otros inversores y el consiguiente impulso a los pequeños negocios de la zona.
Por todo ello, es necesario echar la vista atrás y hacer balance sobre Motorland y Technopark, ver lo que se ha hecho bien y lo que se ha hecho mal. El Gobierno de Aragón tiene que ser ambicioso, debe hacer un esfuerzo para aprovechar los recursos existentes e invertir en este complejo que tantas posibilidades tiene. Recuperemos el tiempo perdido y apostemos por lo que es nuestro con valentía.