Atípico y con un el mismo grado de incertidumbre que esperanza. Así calificaría yo el nuevo curso político que acabamos de iniciar. Deseo con todas mis fuerzas que sea en estos meses, más pronto que tarde, cuando podamos contar con la esperada vacuna del insoportable coronavirus, que mantiene en estado de alerta permanente a la comunidad científica internacional y a la economía mundial.
También deseo que sea productivo. Todos sabemos que estamos viviendo una situación especial, extraordinariamente desconcertante. Nos jugamos mucho. Por eso los partidos y los servidores públicos, todos los que nos dedicamos a la política, deberíamos esforzarnos y anteponer el interés general a cualquier otro más privativo o partidista.
Es necesaria más altura de miras para sacar al país adelante. Así lo he pedido recientemente al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y a la oposición. Es un requisito imprescindible para que se pueda realizar el objetivo.
Estamos viviendo una situación inédita y difícil que afecta al conjunto de la sociedad, que requiere sentido común y generosidad política. También requiere un comportamiento social extraordinario y generoso. Todos somos importantes para salir triunfantes.
El momento sanitario, social y político no goza, lamentablemente, de tranquilidad. Una etapa sobrevenida con la que no contábamos, que ha llegado sin previo aviso y nos ha ido metiendo en el bucle en el que andamos y del que hay que salir actuando con responsabilidad y diligencia. Las administraciones tienen un papel fundamental y la ciudadanía también. Todos tenemos un papel que cumplir.
En Aragón se están haciendo bien las cosas.Vienen tiempos difíciles que habrá que lidiar con tesón, medidas efectivas y eficaces, habilidad y esperanza. Y no tengo duda de que una de nuestras fortalezas como Comunidad Autónoma es la centralidad que el Partido Aragonés a través de Arturo Aliaga ha dado al Gobierno de Aragón. Fue una apuesta por la gobernanza transversal, moderada y centrada que está teniendo éxito. Una decisión del PAR basada en la responsabilidad política, pensada en el futuro de Aragón nuestra razón de ser.
Es evidente que se han disipado las dudas de los más agoreros, aquellos que no daban un duro por el Ejecutivo autonómico. Y ha quedado muy claro que las aportaciones del PAR contribuyen decisivamente al cumplimiento de las tres «es» : Estabilidad, Eficacia y Eficiencia. Reglas imprescindibles para cualquier Ejecutivo que funcione.
En el PAR no paramos. No paramos en ninguna de las instituciones de las que formamos parte. El pasado 28 de julio el vicepresidente del Gobierno autonómico y consejero de Industria, Arturo Aliaga, visitaba Huesca para reunirse con el Ayuntamiento y CEOS-Cepyme, encuentro que sirvió para acordar un convenio. 300.000 euros en bonos con descuentos del 20% para incentivar el consumo y apoyar a los autónomos y pequeñas empresas. Sin embargo, y aún así las cosas, la Covid lo ha interferido todo. El camino se ha visto afectado por su irrupción. El desembarco de la multinacional Amazon, los presupuestos, el Plan energético, el turismo, las pymes, los autónomos….
Lamentablemente la interferencia del coronavirus ha puesto «patas arriba» el día a día y los planes de las personas, las familias, la sanidad, las empresas, los ayuntamientos, los gobiernos autónomos y demás instituciones. Ha erosionado las cuentas públicas y nuestras propias vidas. Ha amenazado la economía. Nos ha pillado a traición, pero seguimos trabajando con ahínco y con la vista puesta en el triunfo, en la derrota del maldito virus.
Va a ser un curso político duro, sí, pero la esperanza no puede arrancárnosla la Covid-19. Y ese sentimiento global junto con el trabajo común, el tesón necesario de todos y la confianza en los organismos nacionales e internacionales y en la esperada vacuna hará que está pesadilla, en pleno siglo XXI, imposible para algunos e imaginable para otros, acabe.
Remontaremos, no lo dudo.