Huesca, 7 de marzo de 2017.- El Comité municipal de Huesca del Partido Aragonés (PAR) ha lamentado la “carencia de verdadera autocrítica por parte del tripartito de gobierno municipal hacia su gestión e iniciativas, frente a una realidad evidente: la ciudad muestra una preocupante falta de pulso e impulso en la mayor parte de ámbitos y sectores, sin avances significativos que supongan su transformación o mejora”.
PAR-Huesca ha valorado negativamente, por tanto, “la presunta resolución a la crisis de gobierno, que ha sido sólo ruido ante la pasividad y silencio posterior de la oposición municipal, en lugar de constituirse como oportunidad para observar los verdaderos efectos de la tarea del ayuntamiento y la evolución de la ciudad, se ha limitado al ejercicio de los tres grupos para mirarse de reojo y con desconfianza, a acusaciones principalmente de un lado sobre áreas que no son de su responsabilidad, así como al análisis de un pacto-programa que ya de inicio no aportaba soluciones eficaces. No cabe que sea revisado sólo en su cumplimiento, ya que será inútil si no es modificado”.
En consecuencia, según el comité del PAR, “el pacto quizá goce de salud pero no es un programa viable y eficaz para el desarrollo y la calidad de vida” y “las prioridades que realmente aplica el tripartito tampoco suponen prosperidad para Huesca ni para los oscenses”.
Justamente la gestión de la feria taurina, “el detonante de la crisis”, es “la penosa muestra de la labor que despliega. Se dejó pasar el tiempo a pesar de los avisos de urgencia acerca del pliego. Cuando ya no había tiempo para elaborarlo y aprobarlo, se corrió a convocar un contrato por un solo año, entre contradicciones, que favorece el retorno a la polémica el próximo otoño. Se dijo que había diálogo con todos pero las propias peñas han negado que existiera y han impugnado el procedimiento. Un grupo del tripartito cuestiona la legalidad de decisiones de su gobierno. La adjudicación y las garantías de calidad están por ver y se arriesga un elemento esencial de las fiestas, de amplio impacto económico y social, promoviendo una división e incertidumbre perjudiciales, sin contentar a nadie ni distinguir entre lo simbólico y lo práctico. Huesca ha sido el último factor a considerar por el tripartito en este asunto, sino exclusivamente cálculos de imagen y votos”.
Para PAR-Huesca, “ese comportamiento y debilidad de criterio, a partir de un mal programa de gobierno, afecta a todas las áreas y a las líneas de trabajo esenciales: lentitud, deficientes resultados hasta en el asfaltado, abuso de propaganda, pérdida de ocasiones, ocurrencias… que conducen a la paralización, micropolítica sin ambición, dudas y confusión en movilidad o remunicipalización, perspectivas sin empuje ni planes en urbanismo o fomento de la economía, en reivindicación ante la DGA (la estrategia aeroportuaria es el último ejemplo)… Casi la única expectativa favorable es la reapertura del cuartel, después de que una parte del ayuntamiento no se opusiera a su cierre. Sólo destacan la pertinaz presión fiscal o el enfrentamiento de bloques en el pleno mientras que Huesca y los oscenses necesitan un ayuntamiento con capacidad y determinación para aprovechar el clima de recuperación general, para proseguir con la modernización urbana, para apostar por las empresas instaladas o nuevas, para crecer como sociedad y ganar en presencia e importancia como ciudad”.