“Decepcionante”, así ha calificado el Presidente de PAR Zaragoza, Sergio Larraga, el discurso del Alcalde (ZEC) de Zaragoza en la primera sesión del debate sobre el estado de la ciudad.
“Ni el más mínimo atisbo de autocrítica”, en un discurso que, además, está claramente fuera de la realidad diaria que viven los zaragozanos, nos hacen pensar que lo que queda de legislatura, Zaragoza va a seguir viviendo un período de parálisis que ya ha sufrido en la primera mitad de la misma. Santisteve ha obviado la vivencia y opinión de la gran mayoría de los zaragozanos que observan una Zaragoza muy diferente a la composición etérea y fuera que ha pretendido, sin éxito, presentar el Alcalde.
Pero si lo anterior es preocupante, más aún lo es la clara búsqueda de enfrentamiento político que ha adornado el discurso de ZEC (en minoría), en numerosas ocasiones, con el resto de partidos políticos (salvo con otro grupo minoritario, CHA). Los reproches y ataques políticos al resto de formaciones, incluyendo a sus “socios” del PSOE, revelan un período político de clara inestabilidad, salvo cambio de 180 grados de alguno de los intervinientes.
Igualmente, a lo largo del discurso, ha quedado demostrado que Santisteve sólo gobierna “para los suyos”, y no para el conjunto de los zaragozanos (aun cuando la mayoría de éstos no le haya votado). Las continuas alusiones exclusivamente a “los partidos de izquierda”, “el bloque de la izquierda”, “la bancada de la izquierda” y afirmaciones similares, prueban con claridad que este equipo de gobierno sólo tiene en cuenta a una parte de la población, y no al conjunto de los casi 700.000 zaragozanos.
La ausencia, una vez más, de un modelo evidente de ciudad denota a las claras que ZEC no sabe a dónde quiere llevar a la ciudad. Sus bandazos políticos y de gestión de los últimos dos años de esta formación, junto a un desesperado conjunto de promesas a estas alturas de la legislatura en las que ya deberían haberse recogido frutos, ofrecen un gris (cuando no negro) futuro de esta ciudad tristemente paralizada por la ausencia de pulso político en el equipo de gobierno de Zaragoza.
Ha llamado especialmente el reconocimiento del propio Alcalde a una Ley de Capitalidad pactada en exclusiva por los partidos de izquierda, al margen del resto del partidos de la oposición en las Cortes de Aragón (no se admitió ni una sola enmienda, ni si quiera de carácter técnico sobre contenidos claramente incorrectos según incluso los servicios jurídicos de Gobierno de Aragón y Cortes de Aragón), que no ha sido acompañada de la financiación suficiente