El PAR Zaragoza muestra su preocupación por la asiduidad con la que en Zaragoza se producen actos vandálicos y pide al Ayuntamiento que refuerce las medidas. La quema durante el pasado fin de semana de seis contenedores en las calles de León Felipe (Actur) y San Ignacio de Loyola, se une a un goteo “imparable” de actos del mismo tenor que está sufriendo la ciudad de Zaragoza en los últimos años.
Desde el PAR-Zaragoza estimamos necesario que se refuercen las medidas contra los actos de vandalismo en general, y de la quema de contenedores en particular, al objeto de evitar los graves riesgos que pueden derivarse contra los zaragozanos. Ya en 2016, se recuerda, el PAR-Zaragoza solicitó un aumento de medidas, en especial con más medios personales y técnicos de Policía Local y coordinación con Policía nacional.
Lo anterior, explica el presidente del PAR- Zaragoza, Sergio Larraga, debe contextualizarse en la necesidad de abrir un amplio debate sobre la propia seguridad ciudadana de la ciudad. El vandalismo creciente en Zaragoza, así como las nuevas circunstancias (incluso de carácter internacional) que han surgido en los últimos años, señala, aconsejan que la ciudad de Zaragoza actualice planes y medios en esta materia. Muy especialmente, un mayor apoyo a Policía Local, con más personal y medios, permitiría una mayor presencia en la calle de los efectivos policiales que conllevaría no sólo un efecto intimidatorio frente al posible delincuente, sino también una sensación de mayor tranquilidad y seguridad para los vecinos.
En el caso concreto de los contenedores incendiados, el PAR-Zaragoza recuerda también que el gasto económico que supone a la ciudad este tipo de actos vandálicos podría estar cercano a los 200.000 euros, en función del número de contenedores afectados al final del año. Más allá del coste económico, indica Larraga, resulta más preocupante el riesgo de que en alguna ocasión estos incendios puedan extenderse a vehículos aparcados en la vía pública junto a dichos contenedores o, peor aún, que se extendieran a viviendas. De hecho, indica, en barrios como Delicias donde también se ha sufrido esta lacra de vandalismo, algunas fachadas de edificios se han visto en ocasiones afectadas por los humos provocados en los incendios. La estructura urbanística en los denominados barrios consolidados, los tradicionales con calles generalmente menos anchas, supone un riesgo añadido si no se actúa de forma “determinante” para evitar las conductas de los autores de estos actos vandálicos. Se trata de evitar ahora males mayores.