La aprobación de los Presupuestos de Aragón 2023 es un hecho que trasciende la simple dotación de cifras y proyectos para el Gobierno de nuestra Comunidad. Su significado político, social y económico reviste amplios efectos y valoraciones que considerar.
Es incuestionable la importancia de que cada año Aragón haya contado con presupuestos en tiempo y forma garantizando, así, un funcionamiento normal a nuestra Comunidad Autónoma. Es la herramienta que permite y prioriza la atención a las necesidades de los aragoneses en cuanto a servicios públicos, inversiones que hacen avanzar esta tierra, apoyo a la economía y los sectores productivos, entre otros asuntos. Vivimos momentos complicados por la terrible crisis de la pandemia y la guerra en Ucrania, con precios de suministros, materias primas y productos básicos muy elevados. Y las hipotecas cada vez más caras. Es en estos momentos cuando las instituciones debemos esforzarnos en ofrecer certidumbres en un escenario global de muchas incógnitas.
Unos Presupuestos que incorporan mucha carga aragonesista representada por mi partido, como la previsión de la reforma y reducción de impuestos, en IRPF, Sucesiones y Donaciones destinado a las familias y la economía, el apoyo a los diferentes modelos educativos, la sostenibilidad y garantía de funcionamiento de los servicios básicos para todos los aragoneses, el refuerzo y protección de la industria aragonesa y sus sectores estratégicos, … estos son solo algunos ejemplos que permiten a Aragón ser una Comunidad puntera en muchos ámbitos, más competitiva, más cohesionada y más fuerte en el conjunto del Estado español.
Ese resultado en la gestión de gobierno responde a la capacidad de diálogo en un ejecutivo con partidos y apoyos parlamentarios de diverso signo. Más allá de ideologías y planteamientos de sigla, se ha aplicado sensatez y responsabilidad. Aragón es modelo de pacto que corresponde a nuestro carácter aragonés y a la esencia política que distingue a los aragoneses. Desde el PAR, somos coherentes y protagonistas de ese rasgo de nuestra historia e instituciones.
Con la aportación imprescindible del Partido Aragonés, Aragón es estabilidad, predictibilidad, confianza, certidumbre, entendimiento, moderación, eficacia, competitividad…
Desde la constatación de lo hecho, una reflexión alzando la mirada al porvenir conlleva otros enfoques que apuntan hacia el ideario aragonesista. El siglo XXI y la evolución de la sociedad y de sus demandas y de nuestras instituciones como instrumentos de Democracia, transformación y progreso, exigen actualización constante, con administraciones sensibles y amables a las necesidades del territorio muy despoblado en muchas ocasiones, que fomenten un crecimiento individual y colectivo, autónomo, con capacidad para decidir en libertad, sin dependencias, conectado con el territorio… y todo ello, sin desdeñar elementos sentimentales ni ideales colectivos que nos aúnan bajo la bandera cuatribarrada. El aragonesismo tiene que apostar además por una visión de Aragón incluyente, moderno, equilibrado, pujante y centrado en las personas, en los aragoneses.
La política útil debe superar los discursos maximalistas, agraviados o provincialistas y localistas. Aragón se desempeña en un contexto español, europeo y global que, más allá de ensoñaciones, reclama una identidad y personalidad propias, ganando en presencia y protagonismo, sin tolerar menosprecio alguno. El logro negociado, aunque aún incompleto, de más actuaciones en los Presupuestos del Estado es un ejemplo. La presencia aragonesista en las principales instituciones estatales es una obligación a mejorar en el futuro.
Contra los que agitan interesadamente la dicotomía derechas-izquierdas para provocar la división y confrontación, el aragonesismo debe ser transversal, anteponiendo su centralidad y la potencialidad que supone agrupar a todos los que anteponen los intereses más cercanos, los de aquí. Espacio político en el que la inmensa mayoría de los aragoneses se identifican, en el que la clase media aragonesa confía el futuro de Aragón y en el que el Partido Aragonés debe seguir desempeñando ese papel de equilibrar, moderar y ponderar para que Aragón ofrezca mayor solvencia y viabilidad como territorio, como se ha demostrado hasta el momento.
Frente a los riesgos que corre la Democracia, esa proximidad y participación directa que nos confiere una organización territorial exclusiva en municipios, comarcas (sí, nuestras comarcas), provincias y Comunidad es un valor de enorme fortaleza democrática y proximidad de los intereses públicos.
Ante los que quieren cortarnos las alas para que Aragón no vuele alto, debemos proclamar la autonomía y el autogobierno como palancas de derechos y perspectivas. Ahí se enmarca una financiación justa desde el Estado y el acuerdo bilateral que incluye nuestro Estatuto. Aragonesismo claro, efectivo y sin reblar.
No todo es perfecto, sin duda quedan muchos retos por resolver. El PAR está y estará preparado con este aragonesismo de raíz y futuro para seguir haciendo Aragón.
(Publicado en Heraldo de Aragón, 11-01-23)