Ahí hemos estado, estamos y estaremos siempre. Empujando, trabajando, reivindicando, exigiendo y haciendo todo lo posible para que los trenes paren en Aragón, para que los que paran no sean suprimidos y para que, en definitiva, se garantice un servicio adecuado en toda la Comunidad Autónoma.
El estado de alarma debido a la pandemia por la Covid-19 provocó que Renfe procediera a la eliminación de casi la mitad de los trenes de Obligación de Servicio Público que cubrían los trayectos regionales de la España vaciada para asegurar la movilidad de los habitantes de las zonas rurales. Posteriormente, y una vez concluido ese difícil periodo, la compañía ha reiterado en diversas ocasiones que se recuperaría la normalidad «de forma progresiva» y que serían los corredores con más viajeros los primeros en volver a las frecuencias anteriores. Justificaba que han incrementado los trenes de media distancia en Aragón con conexiones a Huesca y Canfranc, entre otros puntos de la Comunidad, como si fuera suficiente. No lo es, y menos aún si nos atenemos a hechos pasados. Existen numerosos compromisos incumplidos por parte de la compañía, antiguos y obsoletos trenes circulando por nuestro territorio que suponen un riesgo real para los usuarios y la pérdida de oportunidades para todos.
Nos genera una gran incertidumbre que, aunque algunas líneas se vayan recuperando, Renfe no ponga fecha para retomar las conexiones del tren de alta velocidad que conectaba Huesca con Madrid. La compañía, que suele primar los criterios economistas, ofrece explicaciones desconcertantes y no coincidentes. Sus argumentos son injustos, insostenibles e inasumibles para Aragón y Huesca. La compañía dice que hay alternativas a la supresión refiriéndose a los trenes de media distancia y regionales que conectan con Zaragoza y Madrid y a la vez, y esto es lo verdaderamente alarmante, manifiesta que no hay fecha para retomar las conexiones. Inconcebible. Es un mal síntoma. Comparativamente nos preocupa que otros trayectos se hayan programado y este no.
Exigimos mayor sensibilidad social, un mayor compromiso con Aragón cuya vertebración del territorio a través del ferrocarril es crucial para el futuro en una tierra como la nuestra con baja densidad de población y muy envejecida. La supresión definitiva del tren AVE Huesca-Madrid supondría un verdadero varapalo a efectos turísticos, sociales, económicos…
Ante esta situación para la que no caben alternativas nadie debe ni puede quedarse de brazos cruzados. Todas las instituciones autonómicas y provinciales deben actuar con los ojos puestos en el mismo objetivo. Y el Ministerio de Fomento también, con inequívoca voluntad política.
La incertidumbre y el temor reinante es un hecho incontestable, por eso Renfe debe informar urgentemente de sus intenciones, sin medias tintas. Tenemos memoria histórica, por eso no podemos dormirnos en los laureles. A los oscenses y a los aragoneses nadie nos regala nada. Pero, hombre, ya sería el colmo que una vez logrado el fundamental AVE Huesca-Madrid, ahora lo perdiéramos.
El PAR está trabajando desde todos los niveles en los que está representado. Recientemente el senador Clemente Sánchez-Garnica, exigía al Gobierno de Pedro Sánchez en la Cámara Alta la reposición del AVE directo entre Huesca y Madrid. Interpeló al ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y puso de manifiesto lenta comunicación ferroviaria entre Huesca y Zaragoza y la imperiosa necesidad de restablecer el trayecto directo para impulsar el turismo interior hacia el Pirineo.
No podemos perder este tren, y mucho menos embutidos como estamos en las circunstancias actuales y con la incertidumbre de la coyuntura futura.