Por Arturo Aliaga, presidente del PAR y candidato a la Presidencia del Gobierno de Aragón
Hace un par de semanas las Cortes de Aragón aprobaron por unanimidad el dictamen de la Comisión Especial de Estudio para la continuidad de la térmica de Andorra que he tenido el honor de coordinar. Después de dos meses de comparecencias y sesiones de trabajo, el Parlamento aprobó solicitar al Gobierno de España la revisión y flexibilización de los criterios de adjudicación de los fondos de la Minería del carbón para que los beneficiarios de los proyectos industriales sean los pueblos mineros.
Tendrá que ser el próximo Gobierno de Aragón quien desarrolle el documento que contiene medidas consideradas imprescindibles sobre infraestructuras, para atraer inversiones, formativas, y encaminadas al desarrollo de I+D que permita la sustitución del carbón por otros sectores de futuro en el entorno del hidrógeno y la agroalimentación.
Sobra decir que mi partido y yo mismo nos hemos implicado hasta el punto de pedir al Gobierno de España que solicitara a Endesa la cesión de la térmica. Que la subastara y que, cuando hubiera nuevos inversores interesados, el Gobierno de Aragón hiciera como en el caso de General Motors y avalara la inversión en la central.
También solicité al Gobierno de Aragón el impulso una estrategia “inmediata” con la Ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, para sujetar la permanencia de la térmica. Y que se sentaran ambas administraciones y Endesa y se pusieran de acuerdo.
Ahora Endesa reescribe su ultimátum. Reitera que cerrará en junio de 2020 y pide no crear “falsas expectativas”. Llegados a este punto a nadie se le escapa que ha faltado voluntad política y empeño por parte del Gobierno central y Endesa. Una gran falta de sensibilidad con Aragón. La compañía del sector eléctrico tendría que haber invertido los 200 millones de euros necesarios para adaptar la Central a los estándares medioambientales exigidos por la Unión Europea y no lo ha hecho. Y Ribera fue recibida con abucheos por no precisar actuaciones.
Es incongruente que se esté importando energía de Marruecos, que se genera en centrales de carbón que contaminan tres veces más que las españolas, que se estén cerrando las de aquí por contaminantes y que anuncien el irrevocable turno de cierre para la de Andorra.