Por Arturo Aliaga, presidente del PAR y candidato a la Presidencia del Gobierno de Aragón
Hace mucho tiempo que digo que no me resigno a ver la central Térmica de Andorra cerrada y la zona abandonada. El PAR no lo acepta. Si estamos trabajando por Aragón, por Teruel, Huesca y Zaragoza y este es nuestro único objetivo entenderemos que cualquier agresión al territorio supone un motivo de lucha política para mi partido. Así ha sido en Madrid. El éxito de la manifestación de la España Vaciada no debe caer en saco roto cuando se formen los nuevos Gobiernos. Sería una grave irresponsabilidad y un argumento de peso para que se multiplique la desafección ciudadana. Y mientras tanto seguiría creciendo la despoblación, que es realmente lo que hay que evitar y que será irremediable, por ejemplo, si se cierra la central térmica de Andorra en medio de una transición injusta. Esa barbaridad supondría otro mazazo para la provincia de Teruel y para la Comarca Andorra- Sierra de Arcos. Significaría la muerte de esta extraordinaria parte de Aragón y como aragonés me resisto a aceptarlo.
En alguna ocasión, no hace mucho, he llegado a pedir al Gobierno de España que solicitara a Endesa la cesión de la térmica, que la subastara y, cuando hubiera nuevos inversores interesados, que el Gobierno de Aragón hiciera como en el caso de General Motors y avalara la inversión en la central. Y solicité al Gobierno de Aragón el impulso una estrategia “inmediata” con la Ministra para la Transición Ecológica, Teresa Rivera, para dar continuidad a la térmica. Que se sentaran ambas administraciones y Endesa y se pusieran de acuerdo. Ha faltado voluntad política del Gobierno central y Endesa ha tenido una gran falta de responsabilidad y sensibilidad con Aragón. Tendría que haber invertido los 200 millones de euros necesarios para adaptar la Central a los estándares medioambientales exigidos por la Unión Europea.
La semana pasada las Cortes de Aragón aprobaron, por unanimidad, el dictamen de la Comisión Especial de Estudio para la continuidad de la central térmica de Andorra que he tenido el honor de coordinar. Después de cuatro intensos meses de comparecencias y sesiones de trabajo el Parlamento aprobó solicitar al Gobierno de España que revise y flexibilice los criterios de adjudicación de los fondos de la Minería del carbón para que los beneficiarios de los proyectos industriales sean los pueblos mineros.
Tendrá que ser el próximo Gobierno de Aragón quien desarrolle el el documento que contiene medidas sobre infraestructuras, para atraer inversiones, formativas, y encaminadas al desarrollo de I+D que permita la sustitución del carbón por otros sectores de futuro en el entorno del hidrógeno y la agroalimentación.
Sobre la necesidad de ejecución de la A-68 desde El Burgo hasta Las Ventas de Valdealgorfa y la cesión y mejora de la pista minera que conecta Ariño con Andorra no han quedado dudas en la Comisión. Tampoco sobre la cesión de la vía de Samper de Calanda y la conexión con el corredor ferroviario Caspe-Tarragona. Todos apoyamos el interés de la conexión del cargadero de mercancías de La Puebla o el de Samper de Calanda con Andorra que favorecería la implantación de empresas exportadoras y que la concesión hidráulica (de Endesa) desde el pantano de Calanda para la refrigeración de la central se destine a proyectos de desarrollo.
El impulso de polígonos industriales y la puesta en marcha de un nuevo Plan Económico de Andorra y un centro de investigación en energías renovables, la extensión de la banda ancha y la fibra óptica, o planes específicos educativos y medidas fiscales y administrativas que atraigan empresas forman parte de las conclusiones. Pero, sin duda alguna para sacar el dictamen adelante será imprescindible el apoyo institucional y la asunción de responsabilidad por parte de Endesa. Y ahí es donde el PAR va a estar de ahora en adelante. En el avance para que se desarrollen las medidas aprobadas.
Siempre he dicho que uno es lo que hace, no lo que dice. Yo me comprometo al 100% con la fuerza política que me concedan los electores como siempre he hecho cuando he ejercido cargos de responsabilidad en los Gobiernos. Dinópolis, Caudé, Javalambre o las pistas de esquí, entre muchos otros proyectos emblemáticos y de desarrollo, serían puros “espejismos” si el Partido Aragonés no los hubiera impulsado.