Hemos salido reforzados del XIV Congreso celebrado recientemente en Zaragoza con una nueva Ejecutiva que trabajará desde la coherencia y el compromiso. Un equipo de confianza que dirigirá el nuevo proyecto del Partido Aragonés. Un proyecto llamado Aragón, sólido, abierto, moderno, solidario, con vocación española y europea, y basado en la credibilidad. Aspiramos a una Comunidad innovadora y competitiva, orgullosa de su historia, su derecho, su patrimonio y su cultura. Solidaria y sostenible, integrada en España y conectada con Europa.
Es cierto que las urnas nos han situado ahora en diferente escenario político. Aun así, reforzados, rearmados ideológicamente y cohesionados internamente volvemos a ser necesarios para centrar las decisiones políticas en favor de una amplia base social de aragoneses y aragonesas. Nuevos tiempos políticos en los que hemos tomado el impulso necesario para seguir defendiendo identidad histórica, el modelo de autogobierno y la vertebración territorial. Un despegue que se adapta a la nueva y cambiante realidad social una vez redefinido el nuevo modelo de Partido. Es lo que nos corresponde. Ahora más que nunca.
Nuestros representantes tienen señas identitarias bien definidas y reúnen valores de honestidad, capacidad de sacrificio y voluntad de servicio y transparencia en lo público y en lo particular. El trabajo que hemos proyectado y empezamos a desarrollar se asienta en cuatro ejes fundamentales: la defensa de Aragón desde el centro, la apuesta y fomento de la transparencia, la creación de empleo de calidad, y la consecución de un modelo de sociedad sin exclusión alguna.
Podemos decir con orgullo que hemos sido garantes de estabilidad e impulsores de los proyectos de mayor futuro desde los gobiernos de los que hemos formado parte. Resulta chocante que ahora tengan que venir de fuera a exponer gestos centristas desde el pragmatismo ideológico poniendo en valor el equilibrio necesario para afianzar la gobernanza y la bipolaridad de alianzas en la misma o en diferentes legislaturas, cuando hemos garantizado durante las últimas décadas el mantenimiento del autogobierno y la gobernanza que tanta prosperidad nos ha traído. Es incontestable que la inestabilidad institucional hubiera traído muy posiblemente la paralización de la acción política propiciando el desgobierno, y en consecuencia frenando el futuro.
Desde la oposición, vamos a contribuir a que Aragón crezca en España y España en Aragón. Ese es nuestro cometido porque entendemos que para servir a Aragón no hace falta estar en el Gobierno. Somos aragoneses llenos de vida. Con capacidad de trabajo y volcados con el aragonesismo. Creemos en el Estado Autonómico que nació con la Constitución del 78 alineado con las Políticas Europeas para desarrollar el ámbito rural, implementar políticas regionales modernas, y potenciar la investigación y la innovación tecnológica. Ese binomio entiendo que es imprescindible para promover el comercio exterior y la internacionalización de nuestros productos y servicios. Hay que defenderlo y protegerlo. Y lo vemos a hacer desde nuestro nivel de representación. También la fórmula de la bilateralidad como modelo de relación con el Estado para compensar desequilibrios es imprescindible para Aragón e irrenunciable para el PAR. Aragón con su escasa fuerza en Madrid necesita herramientas externas para no estar permanentemente relegada y sometida a decisiones gubernamentales excluyentes y en todo caso, perjudiciales. Por eso es tan conveniente mantenerla y reforzarla.
Será necesario igualmente profundizar en la democracia, activar la vida política y garantizar la transparencia y el buen manejo del poder político. Por el bien de todos.