El refrán dice que «a río revuelto, ganancia de pescadores». Del mismo modo que la pesca es más favorable cuando las aguas de un río se revuelven, en las situaciones confusas, cuando las desavenencias o los cambios son profundos, hay quien trata de remar en pro de la colectividad y quien únicamente quiere sacar beneficio aprovechando las circunstancias.
En el Partido Aragonés tenemos muy claro que debemos fomentar lo que nos une y tratar de neutralizar todo aquello que nos separa. Creemos firmemente en Aragón y en los aragoneses y aragonesas, en nuestra tierra, y tenemos claro que los acuerdos son mejores cuanto más amplios son puesto que es importante que estos acuerdos involucren al mayor número de actores para conseguir representar al electorado, al que, sin duda, nos debemos.
En estos días de ruido constante, hay dos conceptos que visualizo cada vez con más claridad: unión y sentido común. Los gobiernos son más eficientes si se sustentan en la estabilidad, la moderación y, sobre todo, en el sentido común. Otra frase hecha que me viene como un guante en este contexto: el sentido común es a veces, el menos común de los sentidos. Son días de lanzar puentes y fomentar caminos, de dialogar y, sobre todo, de querer entenderse. No solo por el bien de nuestra democracia, sino porque es nuestra labor. Todos nosotros hemos sido elegidos por nuestros ideales, por nuestras propuestas en pro de nuestros municipios y ciudades y qué menos que intentarlo. Si todos buscamos lo mejor para nuestros conciudadanos, cómo es posible que cueste tanto alcanzar acuerdos.
Aragón, siempre ha sido y será tierra de pactos. Algo que desde el Partido Aragonés siempre hemos visto como una ventaja. Lo que nos ha obligado durante las legislaturas anteriores a entendernos, escucharnos y comprendernos, a saber cuándo ceder por el bien de Aragón y cuándo era necesario hacer gala de nuestro carácter y permanecer férreos en nuestras convicciones. Aragón merece más y para eso estamos aquí nosotros.
Como bien dicen en la película La vida de Brian, «mira siempre el lado bueno de las cosas». Y es que, si hay algo que a los aragoneses nos une y nos hace dejar a un lado nuestras pequeñas diferencias, es la pasión y el amor que sentimos por nuestra tierra. Una tierra que siempre da, que está calma, pero que se levanta y lucha por lo suyo en cuanto nota que nos están quitando nuestros derechos.
Ahí es donde vamos a trabajar como partido, en luchar por mantenernos firmes, defendiendo a todos los aragoneses y trabajando por y para ellos, facilitándoles el acceso a la vivienda, apoyando a los agricultores, etcétera. Siendo un gobierno que modere las posturas, que no enfrente a los aragoneses y un gobierno que sea de todos y para todos, no contra todos y contra todo.
Por eso, el Partido Aragonés se presenta a las elecciones generales; para que el papel de Aragón en España sea más relevante, para que los aragoneses seamos una tierra de primera. Para que Aragón tenga servicios de calidad, para que se nos tenga respeto. No somos la marca blanca de nadie, ni queremos serlo. No vamos a permitir que aquellos que votan en Madrid una cosa y que en Aragón dicen otra, sigan engañando a los aragoneses. Aragón necesita un proyecto político, serio, de centro, que nos represente en Madrid, y esa es la opción del Partido Aragonés.