Por Arturo Aliaga. Presidente del Partido Aragonés (PAR)
El 28 de junio pasado el Congreso de los Diputados aprobaba la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2018, que incluía importantísimas modificaciones que el PAR logró realizar en el Senado y que finalmente, como exige la tramitación fueron ratificadas por el Congreso de los Diputados.
Titulares como “El PAR logra 137 millones más para Aragón en el Congreso” o “Aragón recibirá 137,5 millones más de inversión estatal, a pesar del voto en contra del PSOE” nos animaban a la esperanza de ver cumplidas en Aragón viejas reivindicaciones para las que habíamos conseguido consignación presupuestaria.
Fue una gran noticia para nuestra Comunidad, que arrastra un déficit de inversiones indignante. Para mí, para mi partido, y muy especialmente para mis senadoras, una gran satisfacción.
El camino fue duro, intenso e ilusionante. Estábamos muy contentos. El Pleno de la Cámara Baja había respaldado 25 de las 27 enmiendas que habíamos presentado previamente en el Senado por un montante inicial de más de 144 millones. Una inyección económica vital para quitar el freno al desarrollo de Aragón.
Para la línea Huesca-Canfranc conseguimos 15 millones de euros, 6 para el AVE Cantábrico-Mediterráneo, 8 para el Congosto del Ventamillo-Campo, 9,5 millones para la A-68, 29 para la Autovía de los Pirineos, 13,5 para la Autovía Mudéjar, 7 millones para impulsar la construcción del tramo de la autovía A-22 entre Lérida y Huesca, 10 para la limpieza del Ebro, …. Y muchas otras obras fundamentales para que Aragón no pierda el ritmo y avance.
Ahora, el proyecto de ley de PGE para este año destina a Aragón un 4,4% del total de la inversión del Estado siendo Aragón el 10% del territorio nacional -en 2018 el 4,9% del total-.
Son unos presupuestos tramposos y decepcionantes, que enmendaremos. Que crecen para Aragón por debajo de la media, no respetan las enmiendas del PAR ni se corresponden con la justicia territorial que reclamamos. Curiosamente el crecimiento de Cataluña multiplica por diez el de Aragón.
Se recortan las partidas que logramos para los desdoblamientos. Los 15 millones para el Canfranc que incluyó el PAR, y que no se han gastado, se quedan en 5. No hay partida para el proyecto de elevación del Ebro a Andorra que comprometió el Gobierno de Sánchez para apoyar las cuencas mineras por el cierre de la central. Partidas testimoniales para la N-II y el tramo hasta Valdealgorfa, y para la A-68 la inversión se centra en un tramo, y de forma muy similar en la autovía Huesca a Jaca (A23). Recortes presupuestarios para los embalses, retrasos para Yesa, Biscarrués y Santolea.
Estos son algunos ejemplos de unos PGE para este año que están hechos a la medida de Cataluña, Andalucía y Valencia para conseguir los apoyos para la aprobación definitiva de las cuentas estatales y la continuidad de Sánchez en la Moncloa sin necesidad de adelanto electoral.
En 2018 se dejaron de gastar más de 160 millones. Aragón no merece este ninguneo.